Elena White. Defensa ante las Criticas


   
  Elena White - Defensa
  Confundio a Herodes Antipas con Agripa?
 

Elena White confundio a Herodes Antipas con Agripa?


ACUSACION-
Confundió a Herodes Antipas con Herodes Agripa (Early Writings, pag 185-6)

 

 

CITA- El corazón de Herodes se había empedernido aun más, y al saber que Cristo había resucitado no fue mucha su turbación. Quitó la vida a Santiago, y cuando vio que esto agradaba a los judíos, apresó también a Pedro, con la intención de darle muerte. Pero Dios tenía todavía una obra para Pedro, y envió a su ángel para que lo librase. Herodes fue visitado por los juicios de Dios. Mientras se estaba ensalzando en la presencia de una gran multitud fue herido por el ángel del Señor, y murió de una muerte horrible. (Pág. 185)

 

RESPUESTA- Aunque menciona a Cristo y la turbación que tuvo Herodes, al saber de su resurrección, no necesariamente se refiere a Herodes Antipas. Herodes Agripa pudo haber sido mas joven cuando ocurrió dicho evento y a pesar de que aun no gobernaba, tener la misma reacción. Como tampoco especifica a cual herodes se refiere, únicamente escribe “Herodes” al redactar este fragmento, se podría decir que se deja al lector para que juzgue a cual Herodes se cita.

 

Elena White en otra obra literaria, nos deja claro, que sus escritos no desconocían la identidad de cada Herodes bíblico, como podemos apreciar a continuación:

 

¿Al oír estas palabras recordó Agripa la historia de su familia y sus estériles esfuerzos contra Aquel a quien Pablo estaba predicando? ¿Pensó en su bisabuelo Herodes y en la matanza de los niños inocentes de Belén? ¿Pensó en su tío-abuelo Antipas y en el asesinato de Juan el Bautista? ¿Pensó en su propio padre Agripa I, y en el martirio del apóstol Jacobo? ¿Vio en los desastres que rápidamente sobrevinieron a esos reyes una demostración del desagrado de Dios debido a sus crímenes contra sus siervos?  La pompa y el boato de ese día, ¿recordaron a Agripa el tiempo cuando su propio padre, un monarca más poderoso que él, estuvo en esa misma ciudad ataviado con un ropaje brillante, mientras el pueblo clamaba que él era un dios? ¿Se había olvidado de cómo, aun antes de que se acallaran los gritos de admiración, un castigo rápido y terrible había sobrevenido al vanaglorioso rey?  Algo de todo esto cruzó rápidamente por la memoria de Agripa. Pero su vanidad fue halagada por la brillante escena que se desplegaba ante él, y el orgullo y la vanidad desterraron todos los pensamientos más nobles (LP 255-256).

 
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